martes, 14 de septiembre de 2010

Chuckylin (lin-xin)


Miguelín lin-xin muñequito de ojos azules -el original, el de Isabel Coixet- tiene un rictus facial en el rostro que le hace sonreir como Chucky, el muñeco diabólico.


Chucky el muñeco diabólico


¿Estara Chuckylin pensando en sus hermanos/as cuando se ríe y mira de reojo los circulos azules que decoran su camiseta, todo un simbolo del óvulo en la clase médica, de donde vienen los bebés?
 Es extraño ese azul celeste en los ojos para un bebé oriundo de España ¿son marrones los ojos suecos y azules los españoles? Rosemary's baby (1968), adaptación de la novela de Ira Levin, se revela como precursora del film
 Los niños del Brasil, película setentera de un caza-nazis en busca de las réplicas de Hitler (Hitler tenía los ojos azules, por cierto), niños replicantes, el fruto prohibido de una exclusiva y secreta clase adinerada a la espera del nuevo fhürer, el que surgiría de los clones de Hitler, réplicas infantiles diseminadas por todo el mundo con una infancia parecida a la del hijo de un oscuro funcionario de aduanas.
Hace unos días una madre embarazada de 6 meses -desde la inspiración que le proporcionaba su embarazo- me dijo que los clones replicantes pronto invadirían Europa, soldado universal burócrata demencial turista accidental (y continuaba así): Los futuros miguelín lin-xin, niños-robot de ojos azules, repoblarán la futura republica de Europa tras el holocausto atómico. Excitada en su imaginación, esa futura madre no salía de su asombro al ver los ojos de Miguelín en la primera página, y se preguntaba si en algún rincón de China ya se están fabricando futuros miguelines en serie que nos comerán mezclados con piña y cerdo agridulce, dispuestos a invadirnos disfrazados de indefensas abuelitas como el lobo feroz o de políticos visionarios como los lagartos de la serie V.
Las ocurrencias de mi amiga embarazada me recordaban a los vándalos y el desastre que propiciaron en el norte de África, cuando arrasaron con todo hasta llegar a la nueva capital, más allá de Roma (la ex-capital) y emparentarse con la emperatriz Gala Placidia.
Los vándalos, oriundos del Mar Báltico, cruzaron el Rhin  una fría y helada Noche de Navidad -supuestamente-, gracias a una providencial bajada de las temperaturas, astral coincidencia que otorgaría un carismático aire a sus acciones. Tras un par años de peregrinaje llegaron a Cádiz, Tartesos, donde se instalaron. En Cádiz aprendieron el arte de la navegación hasta que fueron requeridos como mercenarios por Bonifacio, general romano que, engañado por su enemigo, pensaba que la emperatriz Gala Placidia le había tendido una trampa. La falsa sedición de Bonifacio -quien no había hecho nada malo, aparte de ser idiota- llevó a este general romano a llamar a los vándalos en su auxilio.
Gala Placidia había sido engañada a su vez por el mismo enemigo, falsamente advertida de una inexistente sedición del general Bonifacio
Bonifacio descubre el engaño y, tardemente arrepentido de su error, anula el vándalo contrato adquirido con la tribu de los vándalos, mas normales que estos retorcidos romanos.
Los vándalos, arrianos en su fe y barbaros en su corazón, procedieron al exterminio y saqueo del Norte de África. La bonifacia petición de Bonifacio (de ahí  surgen los dos calificativos -bonifacio y vandalismo-) al jefe de los vándalos, obtuvo una vándala y lógica respuesta "ya que estamos nos quedamos" -venían con mujeres y niños, acostumbrados como estaban al peregrinaje-.
Bonifacio se quejó del vandálico saqueo que tuvo lugar en el Norte de África: "Han robado el oro, han matado el ganado, han incendiado nuestras casas, sembrado de sal nuestros campos, violado nuestras mujeres, asesinado a nuestros maridos, descuartizado nuestros hijos..." clamaba y otro general le contestó: "Eran vándalos esos vándalos"







Rey Lagarto - Moonlight Drive (The Doors)



48 segundos



Seat Ibiza-"Club Seat" TV Commercial from Tomer Bahat on Vimeo.





El bebé tuvo su proceso creativo



Waiting for the sun, Jim Morrison








Y hablando de tonterías...Think Blink

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Finalizamos con el socorrido The End de las puertas de la percepción, las puertas de William Blake y  Huxley, el conocido autor de el mundo feliz.




winston

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